Las distintas posibilidades de uso que nos ofrece la tecnología blockchain tiene implicación en todos los sectores, incluso en el financiero. En el siguiente post se hablará sobre una de las revoluciones del sector financiero tradicional, la tokenización de activos.
La tokenización de activos convierte a blockchain en una plataforma que permite el comercio de bienes y servicios, superando así las dificultades de las negociaciones de las partes implicadas.
Además de la agilidad en la negociación, la tokenización de los activos permite a las partes ahorrar tiempos llegando a una negociación rápida, segura, transparente y con las responsabilidades claramente definidas.
Pero… ¿Qué es la tokenización de activos? ¿Qué tipo de activos son aptos para este proceso? ¿Por qué no está siendo de aplicación de forma más intensa en el mundo real?
Pues bien, la tokenización de activos es un proceso que permite convertir algunos activos del mundo real en tokens. Este proceso se lleva a cabo a través de un Smart Contract. La gran ventaja de este proceso reside en que los tokens creados pueden ser registrados, intercambiados o almacenados en una blockchain. De esta forma, se traslada el comercio del mundo real en el cual las partes debían sentarse a negociar y realizar numerosos trámites burocráticos al mundo digital, donde todo está al alcance de un clic.
Los activos susceptibles de tokenización son los que generan o pueden generar un rendimiento económico o incrementar su valor, como es el caso de los inmuebles, los valores, los productos, el arte, la propiedad intelectual y los objetos, entre otros.
Imaginemos…
Realizamos un diseño que queremos transmitir a una entidad. Ésta no se encuentra ubicada en la misma ciudad ni país que nosotros, por lo que los trámites para la venta del diseño se complican. Además, el papeleo necesario crece y las dispares normativas en materia de patentes se convierte en un problema.
Una solución sería realizar la tokenización del diseño y acordar un precio para el mismo, ejecutado a través de un Smart Contract. Una vez transmitido el token, a la entidad compradora le permite demostrar que el diseño es el original y no se trata de una copia del mismo.
De esta forma, la parte interesada en adquirir el activo no lo obtiene físicamente, por el contrario obtienen un recibo digital en el que figura su compra. Tanto el precio como la propiedad del activo se registrarán en blockchain haciendo que la operación sea inmutable y asegurando su integridad.
Quizás usar este proceso para comercializar activos nos transmita ciertas inseguridades, pues cuando transmitimos un activo en el mundo digital también debe ser efectivo en el mundo físico… ¿es una técnica legalmente aceptada? ¿tiene plenas garantías?
Estas son las trabas que entorpecen una aplicación más intensa de la tokenización. No obstante, no quiere decir que no sea posible. Aquí entran en juego los terceros de confianza, los oráculos. El cometido de éstos es garantizar que el token representa el activo y éste cambia de dueño. Como explicaba en el post ¿Cómo saben los Smart Contract que se han cumplido las condiciones?, los oráculos nos permiten conectar el mundo digital con el mundo real.
Entonces, ¿por qué elegir la tokenización de activos para realizar operaciones a través de los Smart Contract y no el modelo tradicional? El uso de esta tecnología nos permite:
- Una protección frente al robo y falsificación, ya que la manipulación de un bloque dentro de una cadena de bloques de blockchain supone manipular los bloques anteriores;
- Realizar transferencias sin intermediarios;
- Conectar a personas de todo el mundo gracias a su rapidez; y globalización
- Garantizar la autenticidad de un producto con derecho de autor, ya que el registro del producto en blockchain, con su sello de autenticidad, dejará constancia sobre quién ha sido el creador del mismo;
- Eliminar gran cantidad de trámites burocráticos;
- La transparencia de las operaciones, gracias a que todas éstas quedan reflejadas en la cadena de bloques, al alcance de cualquier persona, se evita el fraude y la corrupción.