Ya seas abogado o no, haz un ejercicio, cierra los ojos, inspira y expira. Cuando hayas conseguido sumirte en la más profunda fase de meditación, piensa en los 3 primeros conceptos que te vienen a la cabeza cuando imaginas un despacho de abogados.
En mi caso, han salido los siguientes: Publicaciones del BOE por todas partes, moqueta y corbata. Sí, está claro que podría haber pensado en: profesionalidad, trabajo duro y vocación. Pero no, este artículo no trata las bondades de la profesión, sino, más bien, de localizar en qué aspectos debemos dar un paso adelante para mejorarla.
- En casa del herrero cuchara de palo: para adentrarte en nuestra profesión (no siempre) tienes que aceptar condiciones tales como, jornadas interminables y remuneración inversamente proporcional a tus horas de trabajo, convertirte en traductor e intérprete o especialista en reprografía. Parece que hemos interiorizado que estas situaciones son condición sine qua non para ejercer la abogacía.
Pues no, aunque algunos no lo crean, se pueden cumplir plazos sin prestarse a ello. Para solucionarlo no precisamos de tecnología blockchain, ordenadores cuánticos, inteligencia artificial y big data, únicamente necesitamos organización.
En relación con este punto, os dejo un hilo de @aragornattorney que profundiza en la situación de algunos abogados. Haz clic en la imagen para acceder al hilo.
- Herramientas de trabajo: actualmente existen herramientas en el mercado que facilitan enormemente el trabajo en equipo, por poner un ejemplo, en Cysae utilizamos 2 (en su versión gratuita): Slack y Trello, La integración de ambas abarca todas las funcionalidades que necesita un abogado, de hecho, el uso del correo se podrá limitar únicamente a comunicaciones con clientes o externos a la organización.
Este punto, sin lugar a duda, supone un mayor hándicap para grandes despachos puesto que sus movimientos para implantar nuevos sistemas requieren de mayores recursos, sobre todo, temporales. Pero la inversión en formación de trabajadores aportará grandes beneficios en términos de eficiencia.
- Facturación a clientes: Véase el siguiente ejemplo para conocer cómo se redacta una propuesta de honorarios:
“Para el cálculo de los honorarios de los servicios descritos en el apartado X, se ha tenido en cuenta el número de horas incurridas y la complejidad del trabajo (realmente esto lo calcularemos levantando el dedo al viento).
El precio por hora de nuestros servicios es el siguiente:
Socio: 450 euros la hora (el socio nunca llegará a saber quién eres)
Asociado: 300 euros la hora (por ejemplo)
Abogado junior: 150 euros la hora (¿alguien da más?)”
Nuestro lema en Cysae: “No más Time Reports ni facturación por horas”.
- Teletrabajo ≠Hoynotrabajo: Pese a que en otros países es una práctica muy común, en España todavía desconfiamos. El teletrabajo es una herramienta perfecta para promover la conciliación laboral en tu despacho y, precisamente, herramientas como Slack y Trello pueden ayudarte a conseguirlo.
Estos son algunos de los puntos que consideramos, deberían cambiar, y que no precisan de inversión en tecnología, tanto si compartes nuestra opinión como si, por el contrario, piensas que estamos equivocados, estaremos encantados de saber tu opinión.